He finalizado la lectura de "En la Oscuridad" de Ian Rankin. El final me ha dejado con un sabor agridulce.
Por un lado, aparece un John Rebus notablemente caracterizado, es el mismo de siempre, con esa personalidad casi patológica, obsesiva, anclada en otro momento de la vida, pesimista, pero enormemente agarrada a su trabajo, a sus íntimos, a sus costumbres a sus bares y pubs, a su Edimburgo.
Pero por otro lado, ciertamente el título hace buen tributo a la dinámica de la narración, dejándonos a los lectores en un permanente penumbra, ciertamente casi irresuelta. Hasta la mayoría de los personajes hacen mutis por el foro y desaparecen sin tener más noticia de ellos, sin llegar a conocerlos más allá que en su contribución al brillo de Rebus.
La verdad es que la construcción de la narración es brillante y que, a pesar de todo, engancha; Ian Rankin tiene una narrativa ligera, creíble, cercana a la vida real, aunque se encuentre lejos, en un ambiente extraño como es Escocia.
Siempre me surge la pregunta con Rebus, así como con Wallander, por qué nos engancha tanto un tipo depresivo, alcohólico, con graves problemas de relación con sus iguales, divorciado, sin apenas relación con sus hijos, y que casi se podría decir de él que es un fracasado.
Es como si estas personalidades quizá enganchan con esa dimensión psicológica de nosotros mismos que se identifica con el fracaso, con la necesidad de liberarnos de la obligación de llevarnos bien con los demás, satisfacer los objetivos vitales, satisfacer las expectativas de nuestros superiores. Rebus se convierte en la pluma de Rankin en la liberación, en el señor de uno mismo, aunque tiene una dimensión penosa.
Por un lado, aparece un John Rebus notablemente caracterizado, es el mismo de siempre, con esa personalidad casi patológica, obsesiva, anclada en otro momento de la vida, pesimista, pero enormemente agarrada a su trabajo, a sus íntimos, a sus costumbres a sus bares y pubs, a su Edimburgo.
Pero por otro lado, ciertamente el título hace buen tributo a la dinámica de la narración, dejándonos a los lectores en un permanente penumbra, ciertamente casi irresuelta. Hasta la mayoría de los personajes hacen mutis por el foro y desaparecen sin tener más noticia de ellos, sin llegar a conocerlos más allá que en su contribución al brillo de Rebus.
La verdad es que la construcción de la narración es brillante y que, a pesar de todo, engancha; Ian Rankin tiene una narrativa ligera, creíble, cercana a la vida real, aunque se encuentre lejos, en un ambiente extraño como es Escocia.
Siempre me surge la pregunta con Rebus, así como con Wallander, por qué nos engancha tanto un tipo depresivo, alcohólico, con graves problemas de relación con sus iguales, divorciado, sin apenas relación con sus hijos, y que casi se podría decir de él que es un fracasado.
Es como si estas personalidades quizá enganchan con esa dimensión psicológica de nosotros mismos que se identifica con el fracaso, con la necesidad de liberarnos de la obligación de llevarnos bien con los demás, satisfacer los objetivos vitales, satisfacer las expectativas de nuestros superiores. Rebus se convierte en la pluma de Rankin en la liberación, en el señor de uno mismo, aunque tiene una dimensión penosa.
2 comentarios:
¿Ya te había dicho que estoy totalmente enganchada a Rebus y a Wallander?
Un abrazo.
Leí "En la Oscuridad" de Ian Rankin a principios de enero y me agradó bastante, ya había disfrutado de "Resurrección" anteriormente, que tiene algo más de humor y una argumento con algo más de suspense, pues a mi parecer, en "En la Oscuridad" la trama queda algo más cogida con alfileres. Estoy totalmente de acuerdo en que la narrativa de Rankin es ligera y creible, y ¡vaya si engancha! Después de haber terminado con las dos novelas que antes he mencionado, he comenzado con "Black & Blue" y tengo ya en la estantería "El Jardín de las Sombras" y "Aguas Turbulentas".
Saludos.
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