martes, 10 de abril de 2007

La dama del lago


He terminado la lectura de esta obra de Raymond Chandler que me ha dejado una gran sabor de boca.
No puedo decir si es uno de los mejores libros de él, hace tiempo leí "Adios, muñeca" y no guardo ningún recuerdo especial. Sin embargo, después de éste último, sí me ha dejado impresionado un elemento narrativo presente, la descripción de los personajes. Me ha encantado como con dos o tres líneas describe a cada uno de las personas que vienen a intervenir en la acción, haciéndolos tan creibles como el propio protagonista:
"En un imponente escritorio, en línea con la puerta, se hallaba una preciosa morena, alta y esbelta cuyo nombre, de acuerdo con lo que rezaba la placa estampada en relieve en su escritorio, era Adrienne Fromsett.
Llevaba un traje gris acero una camisa azul oscuro bajo la chaquera y una corbata de hombre de color más claro. Los bordes del pañuelo, que adornaba el bolsillo del pecho, parecían lo suficiente afilados como para cortar pan. Lucía como única joya un brazalete articulado. Su pelo oscuro estaba peinado con raya al medio y caía en sueltas pero cuidadas ondas. Tenía un cutis marfileño y satinado, severas cejas y enormes ojos pardos que producían la impresión de que en el momento y lugar correctos podrían mostrarse mucho más cálidos"
Hay que reconocer que un maestro es un maestro, y que Chandler sabía lo que se hacía. No es frecuente encontrar en la literatura actual de detectives autores de este calibre. El solitario Marlowe queda una vez más en lo más alto del Olimpo de los detectives. Esta es una buena lectura para los amantes de la novela policiaca y de la literatura negra.

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