He tardado en volver al Blog y en acabar de leer "Muerte en la rectoría". Las navidades parecen un momento propicio para leer, pero los compromisos y las fiestas acaban por dificultar la lectura.
Tengo que volver a reconocer que una vez más me ha agradado la lectura de este libro y me ha ayudado a descubrir a un Michael Innes totalmente desconocido para mi. Hace tiempo leí en alguna página web sobre Batya Gur, que ésta recuperaba el estilo tradicional de la novela negra, del investigador que desarrolla su acción dentro de una comunidad cerrada, donde están todos los personajes presentados desde el principio y normalmente las cosas no son lo que parecen. Un estilo en el que reconocemos el hacer de Agatha Christie y de otros autores.
El Inspector John Appleby me recuerda en ocasiones a Mr. Poirot, pero marca sus diferencias; y a su vez, descubro en él rasgos que ha desarrollado el Inspector Michael Ohayon. Y por su parte el Sargento Dodd, tiene parecidos con el Capitán Hastings de Agatha Christie, o con Balilty de Batya Gur.
Vemos un Appleby reflexivo, formado, con estudios universitarios, acostumbrado, no solo a utilizar los métodos modernos de investigación, sino también, y sobretodo, al interrogatorio y a la reflexión. Es un profesional que recurre a su acervo cultural para ver e interpretar la realidad.
Aunque hay una característica, también presente en Agatha Chistie, que no me gusta demasiado. A saber: los saltos en la inducción; de vez en cuando nos encontramos los lectores con esos saltos que les lleva a nuestros detectives a las conclusiones acertadas sin saber muy bien en que se basan, simplemente confiando en su perspicacia o en su intuición. En ocasiones la intuición me parece un recurso literario usado para abreviar.
Tengo que volver a reconocer que una vez más me ha agradado la lectura de este libro y me ha ayudado a descubrir a un Michael Innes totalmente desconocido para mi. Hace tiempo leí en alguna página web sobre Batya Gur, que ésta recuperaba el estilo tradicional de la novela negra, del investigador que desarrolla su acción dentro de una comunidad cerrada, donde están todos los personajes presentados desde el principio y normalmente las cosas no son lo que parecen. Un estilo en el que reconocemos el hacer de Agatha Christie y de otros autores.
El Inspector John Appleby me recuerda en ocasiones a Mr. Poirot, pero marca sus diferencias; y a su vez, descubro en él rasgos que ha desarrollado el Inspector Michael Ohayon. Y por su parte el Sargento Dodd, tiene parecidos con el Capitán Hastings de Agatha Christie, o con Balilty de Batya Gur.
Vemos un Appleby reflexivo, formado, con estudios universitarios, acostumbrado, no solo a utilizar los métodos modernos de investigación, sino también, y sobretodo, al interrogatorio y a la reflexión. Es un profesional que recurre a su acervo cultural para ver e interpretar la realidad.
Aunque hay una característica, también presente en Agatha Chistie, que no me gusta demasiado. A saber: los saltos en la inducción; de vez en cuando nos encontramos los lectores con esos saltos que les lleva a nuestros detectives a las conclusiones acertadas sin saber muy bien en que se basan, simplemente confiando en su perspicacia o en su intuición. En ocasiones la intuición me parece un recurso literario usado para abreviar.
2 comentarios:
Aunque en este momento estoy con un libro de Michael Innes (Hamlet, venganza!), lo que quiero es hacerte una consulta a propósito
de una novela negra de la serie El Séptimo Círculo que leí hace años, de la que olvidé el título y el autor, pero cuyo argumento recuerdo -en parte- con gran regocijo. Se desarrolla en Escocia; hay una familia: los Campbell, y un whisky añejo: "la ruina de los Campbell". ¿Te suena? Me encantaría tenerla en mis manos y volver a leerla.Comparto tu aficción por el género aunque no me considero ni mucho menos tan experta.Un saludo.
La novela es Los suicidios constantes (The case of the constant suicides) de John Dickson Carr.
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