jueves, 27 de septiembre de 2007

"El refugio" de ELIZABETH GEORGE (y III)

He encontrado un artículo publicado en la versión digital de "El Mundo", en su sección elmundolibro.com de 2 de junio de 2002, de la Agencia EFE en el que, a raíz de la publicación del título anterior "Memoria traidora" ["A Traitor To Memory"(2001)] se habla de la obra de Elizabeth George y de cómo entiende ella a sus personajes y de su estilo como escritora de de novela negra.
He encontrado estas anotaciones interesantes.
Allí he observado que ella misma se describe como una escritora que " [...] aunque es norteamericana, sus obras siguen la tradición novelesca de Gran Bretaña [...]". Sí que se puede encontrar un cierto parecido con autores tradicionales como Agatha Christie, una comunidad cerrada, un desarrollo basado en la deducción, un asesino que está en escena desde el principio, un conjunto de culpables que todos tienen motivos para verse acusados, lo que permite mantener la intriga del lector hasta el final.
Sin embargo en esta línea, creo que se separa del esquema tradicional en escapar de la lógica y del método deductivo como recurso principal para resolver el caso. Elizabeth George se desplaza en "El refugio" hacia el mundo de los sentimiento; en cierto momento casi ya da igual quien es el culpable, hay motivos, de carácter emotivo, que justifican la acción criminal; ya no se sabe quién es el que sufre más, el difunto o el culpable. En este esquema tienen justificación la abundancia de diálogos interiores de cada uno de los personajes, y de sus abundantes pasiones y emociones.

Me ha gustado el cambio, aunque en ocasiones su extensión producía sus miedos, parecía no acabar nunca. Favorece su lectura una edición muy cuidada de Roca Editorial, que ha hecho una apuesta por esta autora consolidada en el panorama narrativo norteamericano.

Finalmente, no puedo hacer comentario alguno sobre el personaje habitual de Elizabeth George el detective Thomas Lynley ya que en este volumen es un personaje lateral, se hacen referencias puntuales a él, pero lo protagoniza Simón Saint James, amigo del anterior. No creo que pueda describirse aportaciones especiales debido a la personalidad de SaintJames. Me gustará leer algún otro libro de Elizabeth George para conocer un poco a este otro detective.

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Página web de Elizabeth George, con artículos sobre el libro, entrevistas y reseñas.
Si queréis saber más sobre Elizabeth George podéis acudir al siguiente enlace, describen los personajes recurrentes que aparecen en todas sus obras, tiene traducciones de reseñas de publicaciones en inglés.


miércoles, 26 de septiembre de 2007

"El refugio" de ELIZABETH GEORGE (II)

Por fin he podido terminar este último libro de Elizabeth George. La verdad es que venía de leer últimamente unos libros de una extensión más o menos limitada y me encontré con "El refugio", un volumen de más de seiscientas páginas.

El comienzo no fue fácil, es prolija en sus descripciones; en particular las descripciones del pensamiento interior de los personajes. A esto se añade la multitud de personajes activos, ciertamente secundarios, pero con importancia en el discurrir de la acción. Todo esto hace que el lector tenga que acostumbrarse a esta dinámica narrativa. Ya que en cierta forma la acción se dispersa, hasta que uno llega a entender que la acción discurre en el interior de las personas.
Si hay un elemento que pudiera destacar en este libro de Elizabeth George no son en sí mismos los actores sino sus diálogos interiores. La autora nos ayuda a comprender la naturaleza de la personalidad humana de esta manera, así aparecen personajes que no son ni buenos ni malos, sino que las acciones son fruto de una compleja trama psicológica verbalizada en lo que antes llamaba diálogos interiores.
Otro elemento que destaca en cómo entiende la autora la personalidad humana, es su referencia constante al pasado de sus personajes: la infancia, su contexto familiar, las relaciones con sus pares, etc... Ciertamente es un recurso literario licito, pero a nivel psicológico es un planteamiento un tanto pesimista, en cuanto que parece que plantea un determinismo del cual no podríamos salir y a la vez descarga de responsabilidad. Así el final de la obra acaba casí disculpando al responsable del crimen.
Como digo es una técnica narrativa diferenciada, interesante para los que gustan paladear sabores nuevos y distintos.

domingo, 16 de septiembre de 2007

"El refugio" de ELIZABETH GEORGE (I)

He comenzado la lectura del último libro públicado en España de esta autora norteamericana. Ha sido publicado, en una cuidada edición, en este mes de septiembre por ROCA EDITORIAL en su colección Roca Criminal; es el segundo volumen que sacan a la venta, anteriormente ya habían lanzado al mercado "Sin testigos". Es, pues, un libro de actualidad en el panorama editorial español, aunque su autora no lo sea tanto.

¿QUIÉN ES ELIZABETH GEORGE?

Nacida en Ohio, aunque actualmete vive en Seattle y en numerosas ocasiones en Londrés, donde también dispone de residencia.

Podemos decir de ella que es una escritora con un largo recorrido profesional (durante treinta años se dedicó a la enseñanza) y con un largo recorrido como escritora (su primera novela aparece en 1988, "A great deliverance"). A lo largo de su vida ha sido merecedora de algunos premios que han reconocido su labor, tanto en lo educativo como en su vida de escritora: The Anthony award, The Agatha award y Le grand prix de literature policiene por su primera novela. (Página web de la autora). En el New York Times se la describía como una autora de suspense psicológico.

Algunas de sus libros han sido llevados a la pequeña pantalla por la BBC, ya que la acción de muchas de ellos se desarrolla en Gran Bretaña, teniendo como protagonista al detective del Scottland Yard Tom Lindley.

Con el libro "El refugio" ("A place of hiding") estubo varias semanas en las lista de Best sellers del New York Times, llegando al puesto número quinto, compitiendo en ese verano del 2003 con libros como "El código Da Vinci".

EL LIBRO

En la contraportada del libro podemos encontrar la siguiente referencia:

"Con "El refugio", la exitosa novelista Elizabeth George, con su capacidad para retratar los oscuros deseos del alma humana, teje una apasionante historia que demuestra que las elecciones del pasado nos persiguen hasta el presente, a veces con terribles consecuencias".

SINOPSIS

Un sorprendente asesinato lleva al científico forense Simon St. James y a su mujer, Deborah, a la aislada Isla de Guernsey, una de las islas británicas del canal de la Mancha de tradición normanda. Una vieja amiga de Deborah, China River, está acusada del asesinato de un poderoso benefactor de la isla, Guy Brouard. Este, que fue víctima de la ocupación Nazi en el París de la guerra, está empeñado en su último gran proyecto cuando aparece muerto: un museo en honor de aquello que resitieron la ocupación Nazi de la Isla de Guernsey. Hay ciertas evidencias que apuntan a China, pero Deborah y su marido están seguros que su amiga no sue la autora del asesinato del mujeriego Brouard.

Pero si China no mató a Brouard, ¿quien lo hizo? Había muchos en la isla que gozaron de su patrocinio, desde sus esposas y socios, a su amante actual y a los adolescentes desvalidos de los que él era mentor; cualquiera de ellos pudo haber abrigado un motivo secreto para el asesinato.
Mientras que la familia y los amigos se reunen para la lectura de su última voluntad, Deborah y de Simon encuentran que aparentemente cada uno de ellos tienen algo ocultar. Y detrás de todas las mentiras y coartadas, un asesino sigue estando al acecho.
Pero antes de que puedan salvar a su amiga, St. James debe cavar en la historia oscura de Guernsey, pasado y presente, y en la psique atribulada de alguien que pudo haber tenido su recompensa por el crimen más indescriptible de todos.

En "El refugio", la novelista Elizabeth George marca un nuevo territorio en el paisaje más oscuro de las relaciones humanas. Ella nos cuenta, una historia de suspense sobre la devoción y la traición, una guerra y una reconcilicación, un amor y una pérdida… y las verdades más altas a los cuales todos debemos contestar en última instancia.
(Ejemplar cortesía de Editorial Roca)
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Otras obras de la autora en español:
"Sin testigos"
"Cenizas de rencor"
"Una dulce venganza"
"Una gran salvación"
"La justicia de los inocentes"
"El padre ausente"
"Pago sangriento"
"El peso de la culpa"
"Por el bien de Elena"
"El precio del engaño"
"Recuerda que siempre te querré"


miércoles, 12 de septiembre de 2007

"El artista de la muerte" de JONATHAN SANTLOFER

Terminé ayer otra de la lecturas de verano. En este caso es la primera novela de Jonathan Santlofer "El artista de la muerte".
Venía de la lectura de las andanzas del Comisario Adamsberg y me metía con una protagonista que nacía de la nada, la ex-policía Kate McKinnon, convertida en reconocida historiadora del arte, estrella mediática y prestigiosa benefectara a través de su fundación, de la cual el autor dice:
"What started as a kind of therapy became a passion, and my first novel, THE DEATH ARTIST, was born. It was not an easy birth. There were multiple versions of the novel. The protagonist switched from a man to a woman, Kate McKinnon, who some of my friends say is my alter-ego, but I swear that's not true. She's my polar opposite -- female, tall, beautiful, and rich -- and I loved creating her. I've sent Kate to hell and back. I didn't mean to make her suffer, but I think it made for good fiction"

El libro va cogiendo ritmo según avanza su lectura. Los primeros pasos dejan bastante que desear, en especial todo aquello que nos ayuda a conocer a la protagonista y su entorno. La verdad que tuve deseos de dejar el libro; esas primeras páginas me parecían muy pueriles, con muchos cliches y tópicos, me sonaba a escritura prefabricada o para un paladar literario poco trabajado, sin apenas matices que degustar. En general, los personajes los encuentro un poco pobres. Quizá haya que atribuírselo a que es su primera obra.
No obstante hecha esta anotación, la trama basada en un asesino que desarrolla su acción mediante la reproducción de reconocidas obras de arte llama la atención y atrae al lector. Es una elemento que resulta interesante. Más allá de eso, el libro no pasa de una buena lectura de verano para pasar el rato y entretenerse.
No puedo acabar esta anotación sin hacer referencia a las tres o cuatros últimas páginas, máximo ejemplo de "happy end", todo queda bien arreglado, atado, a lo tradicional "... y vivieron felices y comieron perdices...", sólo le falta eso (casi a lo película de Disney).

También se ha publicado en castellano otro libro de este autor, Daltónico (podeis encontrar en la Casa del Libro alguna referencia más).

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Otros comentarios sobre el libro en Mary Red Rose y en ¿Otra novela?
Página web del autor Jonathan Santlofer.
Interesantes anotaciones sobre el autor y sus libros en Bookreporter.com, (aunque es una pena que no funcionen la mayoría de los enlaces a las imagenes de las obras que cita en el libro).

viernes, 7 de septiembre de 2007

"Huye rápido, vete lejos" de FRED VARGAS

Este es otro título que he podido disfrutar este mes de agosto, en las vacaciones de verano. Este es el segundo libro de Fred Vargas que he podido disfrutar en este año y quizá me ha sido una lectura más satifactoria, estaba preparado para lo que me iba a encontrar
La acción transcurre geográficamente principalmente en París, y temporalmente se sitúa con posterioridad a los sucesos de la anterior novela "El hombre al revés" (que leí hace unos meses) y una vez más el protagonista de la novela es el Comisario Adamsberg, un hombre intuitivo, pasional, nada reflexivo, que sigue viviendo las experiencias de su infancia en los Pirineos.
La trama detectivesca en este libro es uno de los elementos menos importante, una vez más (como en muchas grandes obras) son las relaciones personales que se establecen y los sentimientos que evocan.
La relación con Camille pierde puntos en favor de la relación con su colaborador Danglard.
Ciertamente que el personaje de Danglard cobra un interes específico, más allá de mero ayudante o colaborar, para aportar rasgos a la novela que ayudan a caracterizar a Adamsberg y a humanizar al hombre que hay detras del investigador intuitivo.

Y con relación con el universo de personajes que crea Fred Vargas en sus obras, estoy de acuerdo con Rosa Mora en su artículo de El País de 12/08/2003 (hace ya algunos años) que el Comisario Adamsberg se rodea de una tribu a lo Malausséne de Daniel Pennac, aunque salvando las diferencias.
Siempre es una satisfacción abordar la lectura de Fred Vargas, una buena apuesta de la editorial Siruela.
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Ficha del libro de la Editorial Siruela.

Fallo del X Premio de Narrativa "Francisco García Pavón"

El pasado día 10 de julio se ha fallado en la ciudad de Tomelloso el X Premio de Narrativa "Francisco García Pavón" que ha recaído en el escritor valenciano Paco Piquer Vento con el libro titulado "El caso del cadáver sonriente", que será publicado por la editorial Rey Lear.

Para más información en el diario digital Mi Ciudad Real

González Ledesma gana el I Premio de Novela Negra de RBA

Me hago eco de la concesión del I Premio Internacional de Novela Negra RBA a Francisco González Ledesma con su obra "Una novela de barrio", protagonizada por su personaje más popular el Comisario Méndez.

Para más datos consultar el Blog de "Cruce de Cables".

jueves, 6 de septiembre de 2007

Premio Internacional de Novela Negra "L'H Confidencial 2008"


Roca Editorial y el Ayuntamiento de L’Hospitalet de Llobregat, interesados en la promoción de la Novela Negra colaboran en este proyecto conjunto del PREMIO INTERNACIONAL DE NOVELA NEGRA L'H CONFIDENCIAL 2008. Podéis encontrar las bases en este enlace. El plazo de admisión finaliza el 10 de septiembre, siento haberlo expuesto tan tarde. Mis disculpas para los promotores y para los interesados.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

"El Huevo con truco" de JAMES McCLURE


Durante estos días de verano, uno de los libros que he podido disfrutar ha sido este título del difunto James McClure (podéis ver la página homenaje de la editorial El Funanbulista, editora de "El Leopardo de la medianoche", libro que cite anteriormente).

Los protagonistas de las aventuras de McClure son el Teniente Kramer y el Sargento bantú Zondi, una pareja de compañeros peculiar, tanto por la personalidad de uno y otro, como por el entorno social en el que se mueven, la Sudáfrica del apartheid (es importante tener en cuenta que la publicación del original es de 1984). La acción se desarrolla en la imaginaria Trekkesburg, reflejo imaginario de un mundo artificialmente dividido según la raza y el color de la piel, donde los blancos dominan la vida pública.
En este novela aflora el fino humor de McClure, en especial en las relaciones públicamente asimétricas entre Kramer y Zondi, pero que son de "igual a igual" en la relación personal.

En la portada han colocado una frase de Paco Ignacio Taibo II, donde la describe como una de la mejores novelas policíacas del siglo XX. Yo no sé caracterizarla como tal, ya que tendría que hacer un listado de esas cien y ver cuáles entran y cuáles no; en cualquier caso, sí puedo decir que aporta al estilo notas diferenciadoras entre las obras que conozco.
Aunque podamos inscribir la obra entre las novelas policíacas ambientales, porque ayudan a comprender una situación social peculiar, un contexto peculiar, creo que lo mejor es su estilo, como describe la acción, el suceso por omisión. Parece que nunca cuenta nada de lo que sucede directamente, sino indirectamente, por lo que van haciendo posteriormente los personajes. No conocemos a los detectives Kramer y Zondi por lo que describa el autor sino por las consecuencias de sus acciones. Me produjo una grata satisfacción esta lectura, es como que el autor exije participación del lector, exige más imaginación al lector, no sólo para comprender los contextos y hacerse la correspondiente imagen de ello, sino para comprender la acción y a los personajes.
Una lectura divertida y fresca para el verano o para cualquier otra época del año.
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Podeis ver la ficha del libro en la página web de la editorial.
Biografía de McClure en wikipedia:en.
Apunte en Europolar sobre McClure.

miércoles, 18 de julio de 2007

La mirada policíaca de la vieja Europa

A continuación transcribo un artículo de un tal Juan Carlos Rodríguez, que no sé dónde fue publicado, sin embargo el contenido puede ser interesante a modo de guía del panorama actual de la novela de policíaca y de detectives. (Sirva estas palabras de disculpa hacia el autor por no respetar sus derechos, ni poder dar alguna referencia válida).

La mirada policíaca de la Vieja Europa.
La actual novela negra y criminal tiene su escenario más renovador y poderoso en el continente


Juan Carlos Rodríguez - Madrid.-
Con sus excepciones, sus peculiaridades y sus clasificaciones, la novela negra sigue un patrón inamovible desde los años 30, cuando en Estados Unidos se tiró del hilo de Edgar Allan Poe y su Auguste Dupin para fundar un nuevo género. Más que convencional, lo «negro» está limitado por la propia estructura novelística que exige: asesinato, desconcierto y caza del culpable. Es un blues con sus fronteras y estructuras muy marcadas, pero que el autor (un detective o comisario como solista) interpreta con su propio genio. Es el narrador quien añade todo tipo de matices y hace que cada entonación sea diferente.
Las partituras apenas se han renovado. Sobre todo, en los Estados Unidos, donde lo negro languidece con algunas excepciones, por supuesto, desde los extremos que representan James Ellroy, John Connolly o Denis Lehane, quienes, por lo demás, no tienen casi nada que ver el uno con el otro. La novela de espías, primero, y de intriga (ocultista, literaria, o como se quiera llamar) después, le ha robado la clientela. Y hasta la imaginación.
Propiamente no debiera hablarse de «novela negra», hoy lo que se escribe, lo que triunfa, es estrictamente el «género policíaco», que ha compensado la creciente insipidez norteamericana con la fortaleza de Europa, meca hoy del género gracias a una abultada nómina de grandes escritores, de los que buena parte se dan cita en Barcelona.
Lo «negro», esa combinación explosiva de bajos fondos, ley seca, tiroteos y violencia, se ha ido decolorando, mestizándose. De la misma manera que el detective novelesco ha dejado de ser parte de esa violencia, duro entre los duros, y se ha quedado en la esquina.
Observando y actuando, pero ya no cocea. James Sallis y Jerome Charyn son, quizás, los últimos mohicanos de ese modo de ver el mundo que fundó Hammett. Y no deja de ser de todos modos paradójico que, precisamente, sean estos dos autores, porque, por su vinculación personal a Europa, ambos se han contagiado también de ese espíritu crítico de la novela policíaca europea.
Y eso que ha sido Iberoamérica, quizá, el más vanguardista de los frentes del género policíaco, y, con una tensión menor, lo sigue siendo. Ha sido allí donde «lo negro» ha jugado más consigo mismo, de Rubem Fonseca a Osvaldo Soriano, y donde más se ha renovado el repertorio maniatado por la ascendencia de los grandes: Dashiel Hammett y Raymond Chandler, por un lado, y Arthur Conan Doyle y Agatha Christie, por otro, que por muchos años fueron espejos donde gran parte de los autores se duplicaban. Por ejemplo, fue en Iberoamérica donde el género comenzó a transformarse en social y donde cambió los bajos fondos y el hampa por la cúpula política y social, principio y final de casi todos los grandes males de la sociedad
hispanoamericana.Y sigue viva. Desde el Mar de la Plata al Caribe. Leonardo Padura regresa, de hecho, con su Mario Conde. En Argentina, Colombia o México hay una larga lista de muy interesantes autores.
Pero, hoy por hoy, la novela policíaca tiene en Europa su escenario más renovador y poderoso. Y a la vez su gran mercado. De autores y de lectores. Es la culminación de un largo camino que iniciaron el matrimonio sueco Per Wählo y Maj Sjowall durante finales de la década de los 60 y principios de los 70 y que prosiguieron otros como Manuel Vázquez Montalbán casi una década después. El detective Martin Beck le dio al «género policíaco» la génesis de una identidad que encarna otra visión del mundo: escéptica y crítica con lo que nos rodea, de talante social y cáustico, de incomprensión de los nuevos tiempos y, a la vez, de una acuciante necesidad de explicarse los porqué de esta «degeneración» de la violencia de la que somos testigo, aunque el detective esté ahora a un lado.
No es que en Europa el género «negro y criminal» se haya hecho más amable o para todos los públicos. No. La violencia está ahí: latente, extrema, cruel como las páginas de sucesos. ¿Qué ha cambiado entonces?
El ángulo, por ejemplo, de la mirada. El comisario, el policia, el investigador se ha quedado fuera de ese carrusel de violencia. Nunca como ahora es el bien el que combate contra el mal. Un bien que representa la ley, pero una acepción muy personal: duda de la justicia, pero la defiende, al mismo tiempo que es humana y tolerante.
Y un mal, ciertamente, que, a diferencia de hace unos años, puede habitar en todas partes, incluso en el mismo portal donde uno vive y tener quince años.

La violencia está ahí

A la vez, la novela negra europea es, sin duda, el mejor escenario donde entender y explicarse por qué se corroe la sociedad contemporánea, hacia donde vamos y por qué. Pepe Carvalho añadió, más de una década más tarde, el «toque mediterráneo» al perfil del policía literario. En cierto modo, toda la novela europea negra y criminal de hoy parte de los modelos de Martin Beck y Pepe Carvalho. Modelos a los que, por una parte, se les ha borrado su fe en la revolución, en que la transformación de la sociedad es posible. Ya no. Es más desencantado. Hay desesperanza, pero en ningún caso resignación.
El detective de novela negra es un maniático, a veces un psicópata que ha encarrilado hacia el bien su particular concepción de la justicia y de las normas sociales. Un tipo extravagante, raro, incomprendido, culto la mayoría de las veces, universitario, humano, en torno a los cincuenta años, de fracasada vida amorosa (excepto Brunetti, Jaritos o el Cetin Ikmen de Barbara Nadel), que cree en el trabajo en equipo pero también en que, a veces, hay que hacer las cosas a su modo y sin interferencias, furibundo, rebelde con sus superiores, casi siempre honrado, empeñado en seguir en la Policía porque «si no quién lo va a hacer» y cercano. Muy cercano. «Las historias policíacas de hoy son muchos más creíbles de las que escribió Agatha Christie, porque los personajes son más complejos y los detectives tienen vidas de verdad, se casan, se divorcian, tienen hijo...», explica Peter Robinson, el autor que creó a Alan Banks. Al lector no le importa ya sólo la trama, sino que busca, y encuentra, pura novela dentro de lo policíaco, la cotidianidad de cada día:

  • Jaritos que no le llega para comprar un nuevo coche,
  • Wallander que tiene que comprar dolorosamente un equipo de música porque se lo roban,
  • Ohayon no puede cambiar de piso...

En el fondo, son tipos comunes, con problemas comunes, ni héroes ni modelos. Les gusta su trabajo y lo hacen bien.

Crítica social

Todos, sin excepción, son críticos con lo que ven, encarnación de sus propios autores, que conciben la novela policíaca más allá de una evasión o un entretenimiento: una unión de calidad narrativa y, a la vez, un escenario por el que va circulando los grandes problemas de nuestro tiempo, sobre los que se reflexiona y se opina: el desmantelamiento del estado, el tráfico de drogas y de inmigrantes, la corrupción económica, la incompetencia política, la falta de recursos policiales, la violencia doméstica... Márkaris lo señala, precisamente así: «No sé si la novela policíaca vive una nueva época dorada o no, de lo que sí estoy seguro es de que este es un buen mundo para escribir novela negra. Y no porque sea precisamente un mundo bondadoso, sino por el auge de las mafias, el hampa del dinero ilegal, la corrupción política y el crimen organizado».
Hay diferencias también dentro del mapa europeo, dividido en cuatro grandes tendencias y, cada una con características propias que van desde la estructura de la novela y el estilo más o menos literario a la afición de los detectives protagonistas a emborracharse (inevitable en las novelas inglesas, escocesas o irlandesas), al placer de una buena mesa (la gran pasión «mediterránea» de Brunetti, Montalbano o Carvalho) o la extraña castidad de los nórdicos. Curiosamente, casi todos son hombres, incluso los escritos por mujeres. Esta es una tendencia que parecía remitir, por la gran cantidad de autoras de primera línea. Pero he aquí que desde Donna Leon a Barbara Nadel y Karin Fossum, sus detectives son hombres. Petra Delicado, de Alicia Giménez Barlett, es una de las excepciones. Más aún la periodista Annika Bengtzon, creada por Liza Marklund, una rara avis no policía en la escena negra.
El retrato robot de este comisario, el que aunaría las características de todos los grandes investigadores de la novela negra contemporánea, tendría la ironía de Salvo Montalbano, la ambigüedad moral de Fabio Montale, la cultura de Guido Brunetti, la discreción de Konrad Sajer, la bondad de Bordelli, la perseverancia de Kurt Wallander, la ubicuidad de Isaac Sidel, la naturalidad de Mario Conde, la psicología de Bevilacqua, el pronto de Kostas Jaritos, la tranquilidad de Jean-Baptiste Adamsberg, la rabia incontenible de Pierre Niémans, la alegría de Mme. Ramotswe, la presencia de Lew Griffin, la deseperación de John Rebus, la afilada intuición de Çetin Ikmen, la angustia de Michael Ohayon o la obcecación de Ian Banks.
Las cuatro grandes tradiciones que forman el mapa de la novela europea son: la británica, donde Ian Rankin campa a sus anchas con su gran John Rebus al frente, junto a autores como Peter Robinson que por fin se pueden leer en España y que ha dado nuevos autores como Denise Mina, Robert Wilson, Erin N. Hart o Barbara Nadel, pese a que su celebrado inspector Çetin Ikmen se ubica en Estambul; la rusa, con Alexandra Marínina, y el pujante Boris Akunin; la nórdica, con los extraordinarios Henning Mankell, Liza Marklund, Karin Fossum, Äke Edwardson o Khell Ola Dahl, que se estrena en España de la mano de Planeta.
Y, definitivamente, la mediterránea, que sigue las estela de los fallecidos Manuel Vázquez Montalbán y Jean-Claude Izzo, y que aúna a españoles, italianos, franceses, griegos, portugueses y hasta israelíes y argelinos. Es decir, Andrea Camilleri, Donna Leon, Marcelo Fois, Fred Vargas, Thierry Jonquet, Jean-Cristophe Grangé, Petros Markaris, Batya Gur, Yasmina Kadra, Filipa Melo... hasta los nuestros Lorenzo Silva, Alicia Giménez Bartlett, Andreu Martín o Francisco González Ledesma, entre otros. La centroeuropea, pese a que está dando grandes obras y autores de primera línea (Jakob Arjouni, BernhardSchlink, en Alemania; o Pavel Konkout en la República Checa) actualmente pisa en un segundo nivel, sin que haya conseguido la abundancia de grandes nombres que se ha desatado en el resto de Europa. Fenómeno paradójico porque Alemania, por ejemplo, es el gran «mercado negro», donde más lectores y más fiebre policíaca hay.
Las tradiciones europeas también tienen que ver con el paisaje, con el escenario. Un comisario bien perfilado, humano, irascible pero a la vez noble y entrañable, no basta para crear un gran novela policíaca. Los éxitos de los últimos tiempos dictan que detrás de un investigador siempre hay una ciudad, que goza, de muy distintos modos, de un papel casi de coprotagonista en la obra literaria. ¿Qué sería de Guido Brunetti sin la clasista y turística Venecia? ¿De Jaritos sin la caótica Atenas? ¿De John Rebus sin las tabernas de Edimburgo? ¿De Montalbano fuera de Vigata? ¿De Michael Ohayon sin los ecos de Jerusalem? ¿De Wallander sin el cielo gris de Escania? ¿De Mario Conde sin el taconeo de las mulatas de La Habana? La ciudad define el tipo de asesinato y habla del grado de evolución de esa sociedad hacia la locura o el infierno, según donde se mire. A la vez, pone la escenografía. Si esa ciudad es mediterránea, hay vida, color, sol, mar, la trama es caliente, impetuosa, irracional, y los asesinatos que se investigan se acercan a la cotidianidad con lo que eso significa: pasiones ocultas, ambición, intercambio de favores, prestigio social, corrupciones administrativas, robos, prostitución, violencia doméstica... Son los «problemas sociales» los que dictan el tipo de caso.

Hasta el final

El paisaje frío, de cielos grises y nieve, de los nórdicos responden, en cambio, a otro temperamento y otras tramas. Los casos tras los que corren Wallander o Konrad Sajer son más premeditados, racionales, no tantos de psicópatas sangrientos (que siguen en el discurrir de la tradición británica, aún marcada por Jack el Destripador), como más cercanos a los «grandes delitos» de un mundo globalizado: sectas, multinacionales, explotación de inmigrantes, tramas internacionales de extorsión, las grandes corrupciones políticas... donde los asesinos no actúan desde la pasión, sino desde el cerebro, por muy manipulado o confundido que ande.
Los novelistas del sur europeo son, además, fieles a esa otra filosofía pesimista latina de que las cosas son como son. A un escritor nórdico o británico (que se inscribiría más en el realismo crítico de Popper, en el sentido del optimismo en que se puede llegar a la verdad y, por supuesto, se puede demostrar) no se le pasa por la cabeza poner el punto final con un caso sin cerrar, aunque nos haya conducido al culpable. Es una necesidad cultural. En cambio, en la novela mediterránea abundan las novelas, no de finales abiertos, sino con el culpable o los culpables lejos de la cárcel, escondidos, tapados o huidos a la sombra del propio sistema.
Los escritores policíacos actúan en este sentido como un eco en el que reflexionan sobre lo que preocupa en la calle y, en algunos casos, avisan de lo que vendrá, visionario a veces. Esa es otra de sus claves. «Todos los días ocurren cosas como las que investiga Jaritos», dice Petros Markaris. La búsqueda del delito, de quién y por qué lo ha cometido, es también la metáfora de una visión del mundo. Esto es otra cosa: es literatura en el puro sentido de la palabra. Remover conciencias y buscarnos a nosotros mismos en un crimen. Como homenaje a Vázquez Montalbán, el grupo planeta y el Ayuntamiento de Barcelona han organizado un encuentro de novela negra para debatir sobre la vitalidad del género policíaco en europa, que, a diferencia de la norteamericana, ha incorporado la crítica política y social.