Acabé como una exalación "El Camaleón" gracias a una sesiones de viajes que tuve esta semana y que dieron pie a dedicar ese tiempo a la lectura.
Disfrute con la lectura de "El Camaleón"; sorprendente la temática de esta nueva aventura del inspector jefe Alan Banks. La perspectiva de Robinson es interesante al intentar comprender desde esta novela la realidad de las historias parejas criminales. El protagonismo se centra en los verdugos, en la relación de dominación y sumisión que se establece entre ellos, de manera que está difuminada,... ese punto de vista es lo más interesante del libro.
Por el contrario, me falta pasión en nuesto protagonista. Desde el principio, como lector, no me he sentido identificado con Banks, sus padecimientos, que son variados (su relación con los hijos, con su exmujer, con la novia actual, con la que podría ser su otra novia, con los compañeros de trabajo. No encuentro pasión, vida. Me resultan un tanto plano todos los personajes, incluso cuando hacen descripciones de la escena del crimen, que podría ser más impactante. Hasta en ese momento, la escritura no comparte sentimiento.
Hay textos, que aunque la trama no esté demasíado conseguida, sin embargo, cuando te metes en el libro respiras al protagonista por todos sus poros, y no hacen falta ni grandes descripciones, ni nada por el estilo, en muchas ocasiones son breves diálogos, breves impresiones que tienen una gran capacidad sintética.
Para el viaje, ha sido una lectura fantástica, como lector me enfrasque en conocer la resolución, no del caso, sino del papel que ejercen los personajes que Robinson nos presentó.
Os recomiendo leer una de las entrevistas que enlacé, la que es interrogado por Michael Conolly, en la que el autor aporta una explicación de cómo entiende el mal y su papel en su escritura.
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Ficha personal del Detective Alan Banks.
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